Durante la edad media, mucho del
conocimiento antiguo relacionado con los remedios naturales fue concentrado en
los conventos y monasterios.
Las plantas que se cultivaban en sus
huertos siempre poseían alguna
reconocida propiedad curativa. Una vez recogidas, las hojas, raíces, bulbos o
frutos de las plantas, eran almacenadas en espacios destinados para tal efecto
y luego transformadas en infusiones, tés, bálsamos, esencias, vinos, licores y
polvos.
Poco a poco, los remedios monacales fueron ocupando un
lugar primordial en la comunidad y su buena reputación fue creciendo en la
misma medida.
En este período, el personaje religioso más
importante con respecto a la botica medieval fue Santa Hildegarda de
Bingen. Sus conocimientos de medicina
natural se encuentran redactados en los escritos “Causae et curae” y “Physica”
en los cuales explica los diferentes remedios para el organismo.
A continuación se presentan remedios
antiguos y medievales algunos de los cuales provienen de Santa Hildegarda.
Remedio antiguo contra el
arrebato de cólera Colocar sobre la articulación de la muñeca (encima de una
vena) un disco de calcedonia que puede
estar incluido en una pulsera con el cual se recogerá mejor la energía que
transmite la piedra contrarrestando así la cólera.
Remedio antiguo para las
manchas faciales Humedecer una piedra de amatista con saliva y
restregar con ella las manchas faciales. Luego, poner agua a hervir y sostener
la amatista sobre el vapor de agua hasta que se empañe, y echar entonces la
piedra en el agua. Usar esta «agua de amatista» varias veces al día para el
lavado del rostro.
Remedio antiguo para las
manchas faciales Cocer100 g de cebada sin descascarillas en1
litro de agua durante 15 minutos. Pasado ese tiempo, retirar del fuego y colar
mediante un paño. Después lavarse
suavemente el rostro con el cocimiento una vez entibiado. Utilizar este cocimiento dos veces al día.
Remedio antiguo para el dolor
de vientre Hervir 100 g de judías secas en un litro
de agua durante 20 minutos en agua. Luego, añadir 1 cucharadita de nuez
moscada. Colar y tomar solamente el caldo.
Remedio antiguo para las
llagas:
Colocar, en una cacerola a fuego
lento, un puñado de semillas de
membrillo y 2 tazas del agua. Dejar
hasta que empiece a formarse una especie de gelatina. Retirar del fuego
hasta que se enfríe un poco. Colocar esta gelatina sobre las llagas y
cubrir con una gasa. Repetir varias veces hasta obtener
Remedio antiguo para las
llagas
Hervir en una taza de agua un pedazo de raíz de la celidonia durante 3 minutos.
Retirar del fuego y dejar refrescar.
Mezclar con vino blanco y anís.
Aplicar sobre las llagas mediante una gasa.
Remedio antiguo para las
escaldaduras Verter un puñado de granos enteros de semilla
de lino en una cacerola en un litro de
agua y cocer las semillas durante 5 minutos
Lavarse el área con escaldaduras hasta que se observe una sanación.
Remedio antiguo para los
forúnculos Verter en una cacerola tres vasos de agua
y una taza grande de semillas de lino. Conservar el cazo en el fuego hasta que
rompa a hervir. Filtrar y el caldo
resultante, verter en la botella, Mojar
un paño con el caldo y aplicar sobre el forúnculo.
Remedio antiguo para
trastornos biliares Lavar, pelar y picar 2 rábanos
verter en 3 vasos de agua y luego añadir 3 cucharadas de azúcar. Dejar la
mezcla en reposo durante 24 horas. Pasado este tiempo, tomar una cucharada
antes de cada comida.
Remedio antiguo para los
dolores causados por una fractura ósea Lavar100 g de
raíces de llantén, secar y cortar en trozos pequeños. Agregar 1/2 kg de
miel y mezclar batiéndolo hasta obtener
una pasta homogénea que se aplica sobre la fractura. Con ello disminuye
considerablemente el dolor. (No dar masajes)
Remedio antiguo para las
inflamaciones Macerar,
en un recipiente con aceite de oliva, 4 hojas de verdolaga, un puñado de
violeta, llantén y solano, y la pulpa de una calabaza. Luego, calentar y mezclar con cera de abeja.
Mezclar hasta obtener un ungüento que, aplicado sobre las zonas inflamadas,
contribuirá en gran medida a que bajen las hinchazones.
Remedio antiguo para expulsar
las flemas Consumir
una ensalada de raíces de mastuerzo bien aliñada con aceite y vinagre.
Remedio antiguo para la sarna Tomar raíz de celidonia y cocerla en
abundante agua. Después, lavar con esa
cocción la zona afectada para más tarde ungirla con aceite, preferentemente de
oliva.
Remedio antiguo para la sarna Tomar un puñado de ceniza de un haya quemada y
mezclar con aceite de almendra hasta formar una pasta. Aplicar en el área
afectada.
Remedio antiguo para eliminar
la erisipela: Pasar la barriga de un sapo vivo sin llegar a
tocar la erisipela. Después, amarar el
sapo con un cordón y atar a la rama de un árbol. Dejar el animal allí y, a medida que éste se
seca, la erisipela también lo hara.
Remedio antiguo para
disimular las arrugas Mezclar en una sartén un poco de vino blanco,
abundante miel y jugo de puerro, junto con un poquito de cera blanca. A la
noche, poner esta crema sobre la piel y a la mañana, limpiar el rostro con un
pañuelo de papel.
Remedio antiguo para aumentar
de peso
Consumir diez nísperos al día que pueden
ser cocidos en forma de puré o mermelada.
Remedio antiguo para aumentar
de peso
Hervir en 1 taza de agua un puñado de
cebada durante 15 minutos. Tomar esta preparación a lo largo del día Igualmente, se puede tomar un baño con una
preparación similar (aumentando al triple las proporciones). En un principio, bañarse dos veces por semana
a una temperatura de 37 a 40 °C durante 15 o 20 minutos. Si se observa progresos en el curso de la convalecencia, se
pueden seguir tomando dos baños por semana o reducirlos a uno.
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