Bursitis


Las bursas son unos sacos o bolsas cuya envoltura esta compuestas por una membrana parecida a la que tapiza por dentro una articulación (membrana sinovial) y esta rellena de liquido sinovial. Estas bursas están distribuidas por todo el cuerpo, localizándose generalmente cercanas a las articulaciones o bien en aquellas zonas donde la piel esta justo por encima de prominencias óseas. Estas bursas se sitúan entre los huesos y los tendones o músculos y su función es favorecer el deslizamiento de estas estructuras sobre el hueso, para así evitar la irritación que produciría el roce de estas con el hueso subyacente.

Existen dos tipos de bursas: Aquellas que están presentes en condiciones normales en todas las personas, cuya finalidad es la ya descrita, de
protección de las partes móviles. Además existe otro grupo de bursas que se forman en condiciones patológicas (de enfermedad) cuando se producen prominencias oseas anormales donde la piel esta justo por encima de la prominencia, y surgen en un intento del organismo de proteger la piel que cubre estas protuberancias, un ejemplo típico de estas son las que surgen en los juanetes (en el borde interno de la base del primer dedo del pie) como respuesta a la exóstosis (prominencia patológica del hueso).

Causas

Las bursitis se producen por las mismos motivos por los que se produce las tendinitis. En términos generales se producen en 4 situaciones: 

-        Traumatismos que pueden ser únicos e intensos o bien pequeños traumatismos repetidos así como presión o rozamiento repetido. 

-         Infecciones bacterianas, lo que produciría bursitis muy intensas y a veces rellenas de pus 

-         Enfermedades inflamatorias como las enfermedades reumáticas, gota, artritis reumatoide, etc. 

-        Prominencias Oseas patológicas

Tratamiento
Las bursitis tienen un tratamiento común para todas ellas y un tratamiento especifico que dependerá de la causa que lo produzca.
Las medidas generales incluyen el tratamiento con reposo, vendaje, inmovilización y protección de la zona, tratamiento con antiinflamatorios, en ocasiones drenaje de la borsa mediante aspiración con jeringa. 

-        Bursitis infecciosas: Se deberá realizar tratamiento antibiótico para el germen responsable y requerirá el drenaje quirúrgico y la extirpación de la bursa en ocasiones. 

-        Bursitis inflamatorias: Se deberá realizar el tratamiento de la enfermedad causante de la bursitis. En el caso de la gota se deberá tratar la hiperuricemia. Si es un reumatismo el responsable pues se deberá realizar el tratamiento propio de la enfermedad en cuestión. 

-        Bursitis traumática: Cuando es un traumatismo único se podrá drenar la bursa y en ocasiones introducir un corticoide con el fin de evitar la recidiva o re-aparición. Cuando es debida a traumatismos repetidos, será de especial importancia las medidas preventivas y la protección de las partes lesionadas, así como los cambios posturales. 

     Las bursitis que se forman por encima de las prominencias oseas anormales, el tratamiento requerirá la extirpación de la prominencia o la corrección de la deformidad que origina la bursitis.

Salvo en el caso de la de causa infecciosa la cirugía es necesaria en raras ocasiones, y consiste en la extirpación de la bursa. Esto suele realizarse solo en los casos más insidiosos y persistentes de bursitis que se reproducen de manera repetida y que no responden a otros tratamientos. 




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