La oligoterapia se basa en el uso de los
oligoelementos, que son minerales presentes en nuestro organismo en
concentraciones muy bajas pero esenciales.
Como unidad biopsicosocial que somos, estamos continuamente interaccionando y buscando un equilibrio que en condiciones ideales es la salud en su sentido más amplio. Cuando nuestros sistemas de regulación funcionan correctamente se dice que estamos en un estado de compensación.
En el caso en que no hiciéramos nada, el desequilibrio funcional evolucionaría hacia la aparición de una patología orgánica (con alteración de estructuras de nuestro cuerpo), donde podemos diferenciar 2 fases: inicialmente entraríamos en un estado lesional reversible, donde los oligoelementos aún tienen capacidad resolutiva, y si sigue el desequilibrio, después aparecería un estado lesional irreversible, en el que el papel de los oligoelementos ya es limitado (únicamente como coadyuvante en ciertos momentos de otras terapias más contundentes) Una valoración previa del terapeuta nos dará una idea de las posibilidades reales de esta terapia en cada caso.
En conclusión, al tratar la oligoterapia las bases del inicio de la enfermedad y las tendencias a enfermar o puntos débiles de la persona, ésta es más efectiva cuanto más cerca de la alteración funcional nos encontremos.
Al tratar a una persona, debemos tratar el síndrome en el que se encuentra en ese momento (puede variar a lo largo de la vida) y además añadiremos otros oligoelementos en función de la patología concreta que tenga. En ocasiones es necesario cambiar algún oligoelemento según sea la evolución de la persona.
En los años 30 Jacques Menetrier, basándose en los trabajos de Bertrand y sus colaboradores, desarrolla lo que podemos considerar la oligoterapia actual, estableciendo sus bases y profundizando en el efecto terapéutico de diferentes oligoelementos en seres humanos.
Actualmente se sigue investigando la aplicación de nuevos oligoelementos en diversas enfermedades.
La oligoterapia es lo que llamamos una
medicina del terreno y se basa en el uso de los oligoelementos, que son
elementos minerales presentes en nuestro organismo en concentraciones muy bajas
pero esenciales para el correcto funcionamiento de las reacciones metabólicas de
nuestro organismo.
Su principal función es la de catalizar
reacciones químicas, es decir, facilitan el trabajo de los enzimas, que son los
encargados de realizar dichas reacciones, cuyo conjunto constituye el
metabolismo de nuestro cuerpo.
Infinidad de causas pueden alterar el
correcto funcionamiento de nuestro metabolismo, compuesto por infinidad de
reacciones enzimáticas en cadena en cada célula de nuestro cuerpo y que tienen
sus particularidades en cada uno de nosotros.
Estas particularidades metabólicas junto al
resto de factores biológicos y psíquicos que nos definen, hacen que una persona
tenga más o menos facilidad para vivir en el medio que lo rodea, es decir, más
o menos facilidad para mantenerse sano o para enfermar y poder recuperarse.
Todo este conjunto define lo que llamamos
terreno individual. Según nuestro terreno tendremos ciertas características
genéricas como por ejemplo la tendencia a sufrir determinadas enfermedades.
Como unidad biopsicosocial que somos, estamos continuamente interaccionando y buscando un equilibrio que en condiciones ideales es la salud en su sentido más amplio. Cuando nuestros sistemas de regulación funcionan correctamente se dice que estamos en un estado de compensación.
Cuando, por el contrario, nuestros sistemas
de regulación son incapaces de recobrar el estado de equilibrio adecuado,
entramos en un estado de descompensación donde aparecerán síntomas tanto
físicos como psíquicos condicionados también por nuestro terreno individual.
Este conjunto de síntomas definirán lo que
llamaremos patología funcional, dentro de la cual podemos definir 4 grandes
síndromes, cada uno de los cuales es tratado con uno o varios oligoelementos
asociados:
Los sistemas de regulación funcionan
demasiado: síndrome hiperreactivo (Manganeso)
Los sistemas de regulación no funcionan lo
suficiente: síndrome hiporreactivo (Manganeso-Cobre)
Los sistemas de regulación funcionan de
forma anárquica o inadecuada: síndrome distónico (Manganeso-Cobalto)
Los sistemas de regulación casi no
funcionan: síndrome anérgico. (Cobre-oro-Plata)
¿En qué nos puede ayudar la
oligoterapia?
Al aportar los oligoelementos catalíticos
correspondientes, hacemos que los sistemas de regulación funcionen mejor,
permitiendo así la recuperación del equilibrio hacia un estado de compensación,
es decir de salud. Este es el momento donde los oligoelementos son más
efectivos.
En el caso en que no hiciéramos nada, el desequilibrio funcional evolucionaría hacia la aparición de una patología orgánica (con alteración de estructuras de nuestro cuerpo), donde podemos diferenciar 2 fases: inicialmente entraríamos en un estado lesional reversible, donde los oligoelementos aún tienen capacidad resolutiva, y si sigue el desequilibrio, después aparecería un estado lesional irreversible, en el que el papel de los oligoelementos ya es limitado (únicamente como coadyuvante en ciertos momentos de otras terapias más contundentes) Una valoración previa del terapeuta nos dará una idea de las posibilidades reales de esta terapia en cada caso.
En conclusión, al tratar la oligoterapia las bases del inicio de la enfermedad y las tendencias a enfermar o puntos débiles de la persona, ésta es más efectiva cuanto más cerca de la alteración funcional nos encontremos.
Al tratar a una persona, debemos tratar el síndrome en el que se encuentra en ese momento (puede variar a lo largo de la vida) y además añadiremos otros oligoelementos en función de la patología concreta que tenga. En ocasiones es necesario cambiar algún oligoelemento según sea la evolución de la persona.
Origen e historia de la
oligoterapia
El uso más antiguo de un oligoelemento,
data del siglo XIII en que Arnauld de Villeneuve daba trozos de esponja marina
asados a enfermos con bocio. Conseguía mejorías pero sin saber que era debido
al yodo que contenían las esponjas. En 1819 Coindet demuestra que era el Yodo
el responsable de que las esponjas fueran beneficiosas en el bocio.
En 1894 Gabriel Bertrand habla por primera
vez del papel necesario del Manganeso para el correcto desarrollo de organismos
como por ejemplo los hongos con los que experimentó. Hasta entonces los
oligoelementos eran considerados impurezas sin ninguna función.
En los años 30 Jacques Menetrier, basándose en los trabajos de Bertrand y sus colaboradores, desarrolla lo que podemos considerar la oligoterapia actual, estableciendo sus bases y profundizando en el efecto terapéutico de diferentes oligoelementos en seres humanos.
Actualmente se sigue investigando la aplicación de nuevos oligoelementos en diversas enfermedades.
Xavier Luque
Médico Naturista
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