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| Posibles causas de la dorsalgia |  
 
 
 
 
1.- Infecciones
       
 
    Las infecciones de la columna dorsal               pueden estar producidas por gérmenes de todo tipo: tanto el sida como la               tuberculosis producen grandes alteraciones en la anatomía de las vértebras               dorsales, con deformidades de espalda considerables.  
 
      El diagnóstico de las               infecciones se hace a través de análisis de sangre, cultivos de gérmenes, y               pruebas de radio diagnosis. 
 
2.- Las hernias discales
    
  Las hernias de disco dorsales               son muy poco frecuentes, siendo sólo una de cada doscientas hernias de disco de               columna localizadas en esta zona y normalmente a partir de la 8ª dorsal. Suelen               ser severas y llevar un tratamiento de urgencia que, en algunos casos y tras               potenciar el diagnóstico con las pruebas radiologías como RM O TAC, pueden               llegar a requerir la operación. Hernias que no tienen nada que ver con las               discales intresponjosas, que producen y requieren síntomas y tratamientos               diferentes. 
 
 
3.- Los aplastamientos vertebrales   
         
 Los aplastamientos               vertebrales producen con más o menos intensidad una pérdida de altura de la               vértebra y las hacen más frágiles. Pueden tener origen en procesos benignos               como la osteoporosis, toma de cortisonas prolongada, alcoholismo, diabetes, o               en procesos malignos como los tumores.  
  
        Tanto el antecedente de traumatismo o               no, junto a un examen analítico de rutina, permitirán sospechar la benignidad o               malignidad de la lesión. En los casos de tumor maligno, también se ocasiona que               las vértebras se vuelvan frágiles y sufran un aplastamiento. El cáncer de               pulmón, de mama y de próstata son los que más frecuentemente producen               dorsalgias por su capacidad de dar metástasis en el hueso. Las células               tumorales invaden el hueso debilitándolo hasta producir la fractura del mismo y               el colapso de la vértebra que se aplasta.  
  
   El paciente generalmente se queja de               dolor y de la aparición de una giba en la espalda. Llegando en algunos casos a               producir una paraplejia por lesión de la médula espinal. 
 
 
4.- Otros 
          
Un tipo frecuente de dorsalgias es el               producido por giros bruscos del tronco o por episodios de tos que afectan a las               articulaciones costo-vertebrales. También tras la exposición al frío, en               personas que se quedan dormidas sin taparse o se exponen al aire acondicionado,               se puede producir una dorsalgia. 
 
              
   Se calcula que el 20% de todas las consultas reumatológicas y               traumatológicas son por dorsalgias crónicas. Los menos frecuentes están               en relación con tumores malignos que han metastatizado en las vértebras a este               nivel.  
  
  Los reumatismos inflamatorios, la espondilitis anquilosante, las               escoliosis o cifosis, y la artrosis tan frecuente que se encuentra en dos de               cada tres personas mayores de 30 años, derivadas de múltiples factores como la actividad                forzada laboral y deportiva, a causas de las presiones por escoliosis,               falta de circulación por el sedentarismo, etc. 
 
  
  Siempre hay que tener en cuenta la existencia de enfermedades en                órganos totalmente ajenos a la columna dorsal que, como síntoma más               destacado, producen una dorsalgia, como los problemas pulmonares, cardiacos,               úlcera duodenal de estómago, páncreas o vesícula, y que dan tanto síntomas               agudos como crónicos.  
  
  Como grupo cada vez más frecuente de dorsalgias están las               funcionales provocadas por conflictos de vida familiar, laboral o social               mezclado con cuadros de depresión y ansiedad u otros factores psicológicos. 
 
  
          Como grupo cada vez más frecuente de dorsalgias están las               funcionales provocadas por conflictos de vida familiar, laboral o social               mezclado con cuadros de depresión y ansiedad u otros factores psicológicos. 
 
  
Los principales síntomas de las dorsalgias son: 
- Sensación de carga y pesadez.
 
 
 
 
- Aumento del dolor sobre todo en posturas               prolongadas y que en muchos casos lo describen como la sensación de tener un               cuchillo clavado en la espalda              
 
 
 
- Limitación de movimiento, en algunas ocasiones.
 
 
Cómo diferenciar la dorsalgia 
 
 
   Diferenciaremos entre causas emocionales, mecánicas, formativas,               inflamatorias y neoplásicas, basándonos en un exhaustivo interrogatorio               relacionado con la aparición, intensidad y duración de los síntomas, los               momentos de mejoría y una exploración física muy completa. 
 
  
   Se tendrá en cuenta la edad del paciente, su profesión, las               actividades deportivas que realiza, la existencia de traumatismos, y los               antecedentes de haber sufrido algún proceso infeccioso como sida o               tuberculosis. Si hay signos cardiacos, digestivos, pulmonares o ginecológicos,               la existencia de lesiones cutáneas que puedan sugerir un posible origen               psoriásico, si ha habido trastornos en el desarrollo de la columna como               escoliosis, o si sufre o sufrió espondilolistesis, enfermedad de Scheuermann,               espondilolisis , tumores, fracturas, o existen antecedentes familiares de               reumatismos y su estado emocional. 
 
 
Actuación del profesional 
 
 
     Una buena manera de empezar el tratamiento y siempre que el               paciente esté dispuesto, sería buscando las causas emocionales que le               pudieran repercutir por tensión a través de la expresión en el físico.  
  
 Es               complicado que desaparezca un proceso crónico a través de un tratamiento físico               si antes no se ha tomado una vía de escape de la tensión porque, aunque en               apariencia mejoraría, a corto plazo de tiempo la zona volvería a alterarse, si               se hace un tratamiento para la distensión pero sin la toma de conciencia del               afectado de su causa real pasara lo mismo. 
 
  
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